Como
habitante de Villarluengo, una mañana me entere de que se iba a
realizar un curso del INAEM, no sabia de que iba la cosa ni de que
iba a ir, así que como curiosidad me informe y ya todo fue rodado,
nos llegaron unas cartas para saber quienes estábamos interesados, y
a las dos días nos citaron para hacer un examen de cultura general
en el ayuntamiento de Villarluengo, así que como buenos
colaboradores y entusiasmados que somos los habitantes del pueblo nos
presentamos 12 candidatos, unos de Villarluengo y otros de Pitarque,
por desgracia no pudimos entrar todos ya que solo se ofrecían 8
puestos para el taller de mampostería, que es de lo que va el curso.
Así que las mejores notas y los puntos por desempleados que
teníamos se acumulaba a la nota de examen, ¡y así se hizo la
selección!
A
los 2 días empezó todo, así que con ganas todos nos pusimos a la
marcha con buenos madrugones pero con ilusión, ese mismo día fue
donde ya nos explicaron todo y nos hicieron firmar los contratos,
algo que personalmente con todos estos temas de las crisis yo pensaba
que eso de firmar un contrato se había convertido en una leyenda
urbana.
Nos
explicaron todo de cómo iba a funcionar el taller de mampostería y
nos presentaron a nuestro albañil Jesús y nuestro aparejador J, que
así es como le llamamos. Ellos son los que se están matando día y
noche para que todo esto salga adelante y sobretodo que no se nos
caiga el muro, así como a enseñarnos desde como se empieza una casa
hasta como se amasa una hormigonera y un sin fin de cosas ya que
tenemos que hacer un X de horas de teoría.
Para
poder empezar a realizar nuestro trabajo fuimos unos días a Alcañiz
a hacer el curso de prevención de riesgos laborales y cuando ya
fuimos unos licenciados en EPIS, andamios, y toda esas cosicas que te
explican empezó lo duro y divertido a la vez, nuestro gran muro de
piedra picada a mano por 5 habitantes de Villarluengo y 3 de
Pitarque.
fdo. una alumna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario